En la gastronomía asiática se mezclan en multitud de ocasiones lo salado con lo dulce junto a lo ácido y a lo agrio. En sus salsas, podemos ver cómo se conjugan estos sabores que nos han conquistado el paladar en los últimos años.
Os proponemos aquí varias salsas asiáticas clásicas adaptadas para hacerlas en casa con los ingredientes que hay en los supermercados tradicionales y un ingrediente en común: el vinagre.
Salsa Teriyaki
La salsa teriyaki la podemos usar tanto para macerar carnes o pescados como el pollo, la ternera o el salmón y hacerlos a la barbacoa o la plancha. También sirve para hacer pasta salteada con la salsa o incluso para aromatizar un arroz.
La versión que proponemos aquí es muy sencilla: 3/5 de salsa de soja, 2/5 de vinagre de arroz, varias cucharadas de miel o azúcar moreno, una pizca de jengibre y una cucharada de almidón de maíz para espesar. Como ingrediente opcional se puede echar uno o dos dientes de ajo picados. Dependiendo de si se va a usar para glasear o para macerar, convendría espesar un poco más la salsa hirviéndola, pero eso dejamos esa decisión en vuestras manos. Con 10 minutos a un fuego medio serviría para que tome una textura agradable, pero se puede dejar que se concentre más si se desea más viscosa.
Salsa Hoisin
Otro clásico en la gastronomía oriental es la salsa Hoisin. Utilizada siempre en el pato laqueado puede aprovecharse también para macerar y glasear unas ricas costillas asadas. Para hacer esta densa salsa, es recomendable usar una batidora americana o una procesadora de alimentos.
En crudo, meteremos un diente de ajo, 6 cucharadas de salsa de soja, un par de cucharadas de mantequilla de cacahuete, un par de cucharadas de miel o azúcar moreno, 3 cucharadas de vinagre de arroz, 2 cucharadas de aceite de sésamo, un chorro de salsa perrins y un poco de pimienta. Si no te ha quedado muy espesa, échale un poco más de mantequilla de cacahuete.
Salsa Agridulce
La salsa agridulce nunca falla en ningún restaurante chino. Muchos la usan para untar los rollitos de primavera o para dar ese característico sabor a algún arroz. Seguro que esta versión casera te sabe bastante más rica.
Para su elaboración, los ingredientes son fáciles de encontrar: 2 cucharadas de salsa de soja, 4 cucharadas de vinagre de vino blanco o de arroz, 2 cucharadas de azúcar, 2 cucharadas de kétchup, unos 120-150 ml de agua y una cucharadita de maicena para que espese. Se mezcla todo junto y se pone a hervir en un cazo. A partir de que se ponga en ebullición, dejaremos unos 3-4 minutos que reduzca y apagaremos el fuego. Si se desea más densa, se dejará cocer para que tome una textura más espesa.
Salsa para las empanadillas
Las gyozas se han convertido en un clásico y hemos visto mil versiones en muchos restaurantes españoles y de fusión. Una de las salsas más clásicas para untar estos deliciosos aperitivos lleva vinagre. La receta es muy sencilla: salsa de soja 2/3, vinagre de arroz 1/3 y unas semillas de sésamo. La primera vez que untes tus gyozas caseras (o las que compres congeladas) en esta salsa, no podrás volver a prepararlas de otra manera.
Hablar de la comida asiática en general es un poco simplista, pero en realidad lo único que estamos ofreciendo aquí son versiones adaptadas a los gustos e ingredientes occidentales. ¡Menciónanos en nuestras RRSS con fotos o vídeos de vuestras recetas de salsas asiáticas!
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