El vinagre de Jerez

En un post anterior os hablábamos de la historia de un gran producto típico español: el Vinagre de Jerez. Seguimos profundizando en este delicioso y único sabor y os traemos algo más sobre este vinagre: tipos existentes, recetas que podéis elaborar, usos, curiosidades y algunos consejos. Seguro que, si adoráis tanto como nosotros este vinagre, os serán de utilidad.

Vamos a empezar con una curiosidad, ¿sabíais que fue descubierto por error?. Al ser muy ácido y aparentemente ‘picado’, los primeros viticultores desechaban este tipo de vinagre, destinándolo en pequeñas bodegas. Ahí comenzó a envejecer, adquiriendo el carácter tan particular que posee hoy en día. Lo que fue un fallo, se convirtió en un aliño de culto.

Desde entonces se han creado hasta cinco tipos de Vinagre de Jerez, que dependen del vino con el que se haga y del tiempo de crianza que tengan:

• Vinagre de Jerez. Se denominan así los vinagres que tienen una crianza de entre seis meses u dos años. Con un intenso color ámbar y tono caoba, un olor acético, con notas de frutos secos y de la crianza en la madera y un sabor que recuerda al vino del que procede.
• Vinagre de Jerez Reserva. Para aquellos vinagres de entre dos y diez años de crianza. Con un intenso color caoba y notas ámbar, posee un potente aroma con una mezcla de matices de vainilla, frutos secos y madera envinada.
• Vinagre de Jerez Gran Reserva. Aquellos vinagres con más de diez años de reserva. De un profundo color caoba y textura sedosa, su ácido aroma posee notas de vino añejo y el recuerdo de su larga crianza en las barricas de madera de roble.
• Vinagre de Jerez al Moscatel. De color caoba y una viveza particular, propio del vino del que nace, que se combina con esencias de frutas pasificadas.
• Vinagre de Jerez al Pedro Ximenez. De un profundo color caoba, su sabor recuerda al vino del que proviene, con un retrogusto a frutas pasificadas.

Gracias a su aroma, personalidad y sabor, el Vinagre de Jerez se ha convertido en un condimento indispensable en cualquier cocina. Este producto es capaz de resaltar los sabores de cualquier plato. Es posible utilizarlo en una infinidad de platos, como las ensaladas: de naranja y granada; de pan con tomates asados, carpaccio de salmón fresco con ensalada de endibias, ensalada de remolacha y de champiñones y chatka; en pescados: como la dorada a la jerezana, el carpaccio de salmón y queso de cabra al vinagre de jerez, el centro de merluza o el atún en escabeche; también lo podemos utilizar en carnes; como el conejo, el solomillo strogonoff, la perdiz estofada o el solomillo de ternera a la miel; en cuanto a las salsas, en la elaboración de la salsa tártara, vinagretas, la salsa brava, la salsa romesco y la salsa césar e incluso, por último, también podemos utilizarlo en postres, como las fresas, peras con helado de queso o el mousse de kiwi. Por último, vamos con unos “mini-consejos” para la cocina con este tipo de vinagre. Atención porque no os dejarán indiferentes:

• Echa unas gotitas de Vinagre de Jerez al Pedro Ximenez en tu carpaccio (de carne o de pescado) y conseguirás intensificar el sabor.
• ¿Quieres que tus fresas estén más dulces? Trócealas, añádeles azúcar y rocíalas con un poco de Vinagre de Jerez dejándolas macerar una hora. El dulzor se multiplicará.
• Si quieres que tus pavías de bacalao queden con un rebozado jugoso y crujiente, echa unas gotas de Vinagre de Jerez al huevo. Haz lo mismo en las berenjenas rebozadas, quedarán más sabrosas.
• ¡Añádele sabor a tu pollo asado! Una vez que esté dorado, añade una copa de vino blanco y un poco de Vinagre de Jerez y déjalo otros 15 minutos en el horno. Puedes hacer lo mismo con el cordero al horno.

¡Esperamos que te sean de utilidad!